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Santander Zero: Pros y Contras de la Tarjeta Universitaria Descontinuada

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La ya descontinuada Tarjeta Santander Zero Universitaria

Si estás estudiando en la universidad y estás buscando una opción para iniciar tu historial crediticio, es posible que hayas considerado la Tarjeta Santander Zero Universitaria. Sin embargo, es importante destacar que esta tarjeta ha sido descontinuada, por lo que ya no está disponible para solicitarla.

Ventajas de la Tarjeta Santander Zero Universitaria:

  • No se requería un historial crediticio previo para solicitarla, solo cumplir con un gasto mínimo mensual de $2,750.
  • Debías ser estudiante universitario y tener entre 18 y 69 años con 11 meses para ser candidato a la Santander Zero.
  • Si utilizabas la tarjeta al menos una vez al mes para realizar pagos de al menos $100, no tenías que pagar la cuota anual de por vida.
  • Debías mantener un saldo mínimo de $1,500 al mes para mantener tu tarjeta activa.
  • Podías acumular Puntos Recompensas Santander, que se podían canjear por artículos de catálogo, boletos de avión u otros productos de los socios del programa.
  • No era necesario contar con una Súper Cuenta Universitaria o TUI Santander para solicitar esta tarjeta.
  • Entraba en promociones de meses sin intereses en establecimientos afiliados.

Desventajas de la Tarjeta Santander Zero Universitaria:

Como ocurre con cualquier producto financiero, también existían algunas desventajas asociadas:

  • Ya no está disponible para solicitarla, debido a que ha sido descontinuada.
  • Debías pagar intereses en caso de financiar tu saldo, por lo que era recomendable pagar el saldo total a fin de mes.
  • La tasa de interés de esta tarjeta no era considerada baja.

Conclusión:

Si estás buscando una opción para iniciar tu historial crediticio, es importante tener en cuenta que la Tarjeta Santander Zero Universitaria ya no está disponible. Sin embargo, existen otras alternativas en el mercado que podrían adaptarse a tus necesidades y permitirte recibir recompensas por tus compras.

Recuerda siempre leer los términos y condiciones de cualquier producto financiero antes de solicitarlo y asegurarte de comprender los costos asociados y los beneficios ofrecidos.